El proveedor de todo el software de rooting que utilices (como Kingroot si utilizas una técnica de "un clic", SuperSU, y cualquier software al que le des permiso de Root en tu teléfono), y el proveedor de la ROM que utilices (ya sea una ROM personalizada o la ROM de stock) tiene control total sobre su teléfono. Pueden robar todas las contraseñas que escribas en el teléfono (en aplicaciones, sitios web o datos de tu cuenta de Google). Pueden tomar el control de cualquier aplicación, incluido Skype. Pueden grabar todas tus conversaciones, robar tu número de tarjeta de crédito y utilizar tus datos para hacerse pasar por ti. Pueden bloquear tu teléfono (así como cualquier cuenta online en la que hayas iniciado sesión) y exigirte un pago para recuperar tus archivos y cuentas.
Cuando decides rootear tu teléfono, debes confiar plenamente en todo el software que utilizas para hacerlo, lo que significa que también debes confiar en la persona de la que lo obtuviste (por ejemplo, el sitio web del que lo descargaste). Cuando una aplicación de tu teléfono te pide permisos Root, debes confiar plenamente en la fuente de la aplicación. Si no lo haces no tener plena confianza, no Rootea tu teléfono/instala la ROM personalizada/instala la aplicación.